domingo, 20 de mayo de 2012

La obra de Rosa Vegas comienza a ser un patrimonio colectivo


La artista popular dice no tener secretos mágicos para su creación

Rosa Vegas abre los espacios de su casa a otras personas. Foto: AV
Por Alex Vallenilla

Barcelona.- La artista popular Rosa Vegas siente que tiene un compromiso colectivo, el apoyo, reconocimiento y proyección que ha tenido desde que recibe apoyo de diversas personas e instituciones, así como del gobierno venezolano, le hacen pensar de esa manera.

"El compromiso es con el arte, fue una gran sorpresa para mí", es lo que ha dicho la singular mujer a la cantidad de periodistas y personas que la han visitado desde siempre.

Su obra comienza a ser un patrimonio de muchas personas, esto en principio ha causado incomodidad en esta sencilla mujer, Vegas nunca ha hecho una pieza artística para sacarla de su casa a exposiciones, "no hice esto para enriquecerme ni para hacerme famosa, ni para buscar premios, yo no participo en certámenes, me ha tocado aprender mucho, aprender a responder, hablar en público, porque ahora me siento responsable con mi país". 

En el nuevo espacio en su casa-museo habilita un taller artesanal. Foto: AV

Es lo que dice esta artista, pues su estampa ha sido siempre como una visión introvertida de la vida, todo su arte es su punto de vista y ha estado hecho para ella, para su entorno, al menos así lo muestra su casa de barro, con las ya conocidas imágenes encastradas en todas las paredes. El arte siempre ha sido su inquietud, desde su óptica, nunca esperó que alguien la admirara, "creo que ahora parí otro hijo, tengo que conservar todo esto, esa responsabilidad es un nuevo hijo que he tenido".

Termino doblegada
"Cuando veo que alguien cree en mi obra y me pide que la quiere ver y llevarla, me cuesta mucho dársela, pero termino doblegada ante ese interés, y ese interés tiene que ver que mis piezas sirvan para las nuevas generaciones, para mis amistades, artistas todos". Vegas resulta ser una persona compleja, quienes la invitan a mostrar su obra han sido presas de sus desmanes, "unos me han tenido mucha paciencia, porque me invitan a exposiciones y si ese día yo no quiero salir de mi casa, pues no voy", sentencia la creativa.

Siente un gran compromiso con el colectivo por el reconocimiento de su trabajo. Foto: AV

"El problema es que cuando logran que salga de acá, entonces no me quiero venir", aclara. Rosa Vegas, ahora conocida internacionalmente, recuerda que muchas veces le reclamaron de todo lo que hacía, muy pocas personas cercanas a ella la comprendieron, pero el barro, el papel, la pintura, y cualquier material se convirtieron en sus herramientas sempiternas.

Vegas se identifica tanto con su obra que relata algo que sucedió con una muñeca llamada Leticia, "Le regalé a una amiga de Guarenas una muñeca llamada Leticia, y sus hijos se la dañaron y la botó, luego soñé que estaba en una plaza oscura y en un banco estaba sentada una muñeca, que era Leticia, me miró muy feo y me reclamó por qué la había regalado, me dolió mucho".

Nuevo taller
En su casa siempre quiso instalar un taller, logró cristalizar el proyecto detrás de su casa-museo, con apoyo del Estado, un taller artesanal en el que no sólo labora, sino que ahora se convierte en un centro de enseñanza, porque tanto niños como adultos van a la casa de Vegas y aprenden de las experiencias, ahora hay una multiplicación de su conocimiento en ese espacio.

Su obra de arte atrae a muchos seguidores. Foto: AV

Ninguna de sus piezas tiene marca, es registrada o tiene alguna patente, a su taller llega gente y le pide que quiere aprender a pintar como ella, personas le han dicho que no debe develar sus secretos, pero ella asegura que no hay secreto alguno  quien quiere aprender debe ser enseñado, "le he dicho a la gente como debe hacerlo, que coloquen la pintura en un plato y luego que pinten, me dicen ¿Eso es todo?, si eso es todo, pero lo gente tiene que recibir formación técnica".

"No me creo consagrada"
"Quisiera tener 30 años menos, me han dicho que soy consagrada, pero me falta mucho por hacer, tengo cosas nuevas en mente, no vivimos nada para todo lo que podemos crear, la consagración es por letras, pero hay que ser humilde porque uno está hasta que Dios decida", dice. Ese constate renovar de esta mujer se refleja en sus piezas artísticas, de plantas en nacimiento y mujeres pariendo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Encuentro con la historia de Alfredo Almeida y sus amigos


El visionario que dejó su obra a su pueblo


“Donde es menos conocido Almeida es aquí en su propio pueblo, en Francia es reconocido como el dibujante científico más destacado de Latinoamérica”

Por Alex Vallenilla

Onoto.- Cuando alguien en Venezuela, escucha el nombre “Alfredo Almeida”, es posible que lo asocie a los dibujos científicos en los libros de biología de Serafín Mazparrote, pero si se hace un breve recorrido por la población de Onoto, en el municipio Cajigal del estado Anzoátegui, se podrá comprobar, que “el profesor Almeida”, dejó un valioso legado sobre las artes, la ilustración, las ciencias naturales y la cerámica indígena.

Muchas de sus piezas están desperdigadas en Onoto, en casas humildes las atesoran como parte de la prueba de que “yo fui alumna o alumno de Alfredo Almeida”, “yo lo conocí”. Este creador siempre supo que su obra era valiosa, pero casi toda la donó, la regaló a sus amigos más queridos y dejó su enseñanza a muchas personas.

Parte de la serie de peces que clasificó y pintó Almeida están en la Casa de la Cultura de Onoto. AV

“Él fue un onoteño, que luego de un activo itinerario, regresó a su pueblo para hacer una escuela de pintura y un museo permanente, en esa ocasión no tuvo el apoyo, no lo aprovecharon, un dibujante, pintor, calígrafo, taxidermista, investigador, el logotipo de los títulos de la Universidad Central de Venezuela es obra de Alfredo Almeida, aunque muchos no lo saben”, relata Ramón Celestino Morfe, un habitante de Onoto que compartió mucho con el desaparecido artista.

“El profesor” estuvo siempre en las zonas rurales cultivando el arte con la arcilla / Foto: Cortesía de Eneida Guerra.

No sólo hacía ilustraciones y pinturas, también se dedicó al trabajo con la arcilla, Almeida dejó conformada la Escuela de Cerámica Indígena y Campesina en el estado Aragua, “allí estuvo con niños de etnias indígenas del país, se le encontraba siempre con más de 60 niños en su casa en Sabaneta, en que se cultivaba la misma cultura indígena con la arcilla, eso lo han ignorado”, reclama Celestino.

Este hombre tiene en su vivienda, dos cuadros que hizo el pintor especialmente para él, “pero yo creo que donde es menos conocido Almeida es aquí en su propio pueblo, en Francia es reconocido como el dibujante científico más destacado de Latinoamérica, dibujó libros científicos para La Salle, clasificó peces y describió parte de la fauna venezolana”. Morfe dice que Almeida se perdía en ocasiones, cuando tenían tiempo sin verlo, es porque estaba internado en las zonas rurales trabajando con indígenas.

En 1988, en un cumpleaños suyo. / Foto: Cortesía de Eneida Guerra

“Me gané un cuadro de Almeida”
En 1988 un grupo de amigos celebró su cumpleaños, Almeida entonces donó uno de sus cuadros para una rifa, a modo de recoger fondos para una fundación, se lo ganó Lidia Vega, quien pudo conocer al “profesor”, “compre un número en diez bolívares, lo hice porque me gustaba el cuadro, era un hombre del pueblo y fue gran amigo nuestro, al saber que lo había ganado sabía que tenía algo valioso, ahora me han ofrecido mucho dinero por ese cuadro, novillas, toros, yo no lo cambio por nada”.

“Rabipelao”, parte de la serie de la fauna venezolana reproducida en serigrafías. AV

Relatos de sus seguidores
Juana Ledezma es una sencilla mujer que también tiene en su poder algunas de las producciones del profesor Almeida, una serie de serigrafías de la fauna venezolana, excelentes piezas realistas, ilustradas con técnica de tintas chinas y reproducidas con serigrafías. “Quise aprender con Almeida, aunque no tuve el tiempo suficiente, valoro lo que tengo en mis manos, las serigrafías me las regaló su hijo, pero una de las mejores obras que he visto de Almeida es un cuadro que está exhibido en la Alcaldía de Onoto, en que se muestra todo el Unare”.

Portada de uno de los libros que Almeida hizo totalmente caligrafiado. AV

El señor Emerio Trocel, compañero de trabajo de Alfredo Almeida, relata que el profesor era una persona sana hasta en sus hábitos alimenticios, “se cuidaba mucho, no comía mayonesas, mantequillas, cosas fritas, trabajamos juntos en el Ministerio de Agricultura y Cría, él era el pintor del libro “El Agricultor Venezolano”, una revista del ministerio, era un hombre de izquierda, se declaraba como comunista, nunca le faltó un chinchorro”. En la casa de Emerio reposan dos cuadros que reflejan lagunas y parte del Unare, donde pescaron juntos.

Tal como lo recuerda Trocel fueron los libros de su autoría, hechos a mano, caligrafiados totalmente y reproducidos con la técnica de la serigrafía, como “Jivikobee Kanali”, sobre cerámica Jivi y todas sus técnicas.

Uno de los cuadros en la casa de Trocel, en que Almeida muestra donde estuvieron pescando juntos. AV

Para Eneida Guerra, lo más importante de la obra de Almeida fue dejar a muchos su conocimiento, “muy pocos lo valoramos, yo aprendí mucho con el profesor, en Onoto habemos seguidores de Almeida a pesar que no está con nosotros”, relata Guerra mostrando junto a Cecilia Espinoza, coordinadora de la Casa de la Cultura de Onoto, varios cuadros que el profesor Almeida donó a esa institución, “son los cuadros originales de los peces que una vez aparecieron en las series de las cajas de fósforos ¿recuerdan?”.


En la casa de Isolina García, otra alumna del profesor quedó un horno que él mismo le enseñó a fabricar, “ya estaba mal de salud, pero aprendí a trabajar la arcilla, siempre le pido que me guíe y más sabiduría, fue como un segundo padre, si tengo que decir algo del profesor tiene que ver con el corazón, con lo que me enseñó, me especialicé como artesana, he salido a representar Onoto”.

Cuadro de Almeida exhibido en la Alcaldía de Onoto, en que representa al Unare, y sus riquezas naturales. AV 

“Al profesor Almeida nunca le faltó un chinchorro”. Foto: Cortesía de Eneida Guerra

Ramón Celestino Morfe, amigo de Almeida. / AV
Eneida Guerra, artesana y ex alumna de Almeida. / AV

EmerIo Trocel, ex compañero de trabajo del profesor Alfredo Almeida. / AV

martes, 15 de mayo de 2012

Apicultores de Anzoátegui emprenden programa “La abeja va a la escuela”


Desde la actividad cultural se promueve la conservación y la importancia de las abejas en los salones de clases de El Tigre

Fundación Bichito de Luz promueve formación en las escuelas de Anzoátegui


Nuevas charlas del programa “La abeja va a la escuela”, de la Asociación de Apicultores de la Zona sur de Anzoátegui (Apasa), llegan a niños tigrenses de la mano de la Fundación Bichito de Luz.

La apicultura, y todo lo que ella envuelve, tiene en la Asociación de Apicultores de la Zona Sur de Anzoátegui (Apasa), además de producir niel de mastranto, considerada entre las mejores del mundo, un programa educativo implementado desde el año pasado.

Inicialmente, explica Manuel Bernáez, presidente de Apasa, los apicultores íbamos a las escuelas, pero dado a las múltiples ocupaciones que implica la vida y acción del mundo apícola, hemos suscrito un convenio institucional con la Fundación Bichito de Luz, a través de su coordinadora, Militza Vásquez, para continuar el programa desde los espacios de esta importante institución.

Es por ello, continuó Bernáez, que más recientemente esta semana realizamos dos charlas con niños en edades comprendidas entre los 4 y 9 años y otras entre 4 y 12 años.

Con el programa “La Abeja va a la Escuela” buscamos concientizar a los niños acerca de la necesidad de proteger a ese icono de la fauna de la Mesa de Guanipa, base de la producción de la miel de mastranto. 

Otras charlas
Bernáez indicó que también en este año otras charlas han sido dictadas a grupos multidisciplinarios, tales como a los asistentes al XI Festival de Grupos Dancísticos y a los egresados de la cátedra de agroecología de la Universidad Bolivariana de Ciudad Bolívar. / Guanipa Noticias (CNP 2083).