viernes, 23 de julio de 2010

El reto de los periodistas ante las redes sociales

YA ES NECESARIA LA EVOLUCIÓN


Por Alex Vallenilla


La tecnología asoma nuevos retos a los periodistas y comunicadores sociales. Ese potencial que tiene un ciudadano común de realizar un registro sonoro, visual o audiovisual, con el uso teléfonos celulares y pequeñas cámaras, le convierte de alguna manera en un comunicador.


Pero el registro no es suficiente, ahora el ciudadano común tiene una herramienta, el medio, las redes sociales y el acceso masivo a la Internet. No se trata de que los comunicadores sociales queden obsoletos, pero si se le lesiona uno de los aspectos más resaltantes, dar la noticia.


Dentro de los esquemas tradicionales del periodismo, en que un titular, un sumario y una entrada responde a cinco preguntas básicas, cualquier persona que en el lugar de un hecho pueda responder a las interrogantes ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué?, y transmitir de inmediato a las redes, habrá quitado de inmediato a los medios tradicionales la capacidad de dar informaciones de primicia, perdiendo estos la posibilidad del “tubazo”.


El reto que enfrenta el periodista y el reportero gráfico, ambos profesionales, ya no reside en como doblegar a la competencia con la capacidad de primicias publicadas. Los comunicadores sociales ahora tienen en contra, miles de ciudadanos en las calles conectados a las redes, transmitiendo el tránsito, el clima, los desastres e informaciones de interés público, aunque de una manera muy particular y no dentro de lo que tradicionalmente se conoce como periodismo.


El aspecto más destacado es la manera instantánea en que se produce, además del poder de penetración masiva, en que la información se disgrega por la red. Una personas conectada al Facebook, con unos 1.000 “amigos”, tiene mucho más poder de penetración en la opinión pública que medios locales con tirajes de 50 mil periódicos al día. Ya que la red se encarga de multiplicar los datos a través de los nodos de conexión y las cadenas libres establecidas.


Por ahora existe la limitante que aún domina el profesional de la comunicación, que es el factor de veracidad, precisión, síntesis y selección de datos relevantes que componen una noticia, por lo que las redes sociales aún carecen de tal aspecto y allí los comunicadores aún tienen el terreno.


El periodista tiene que adaptarse, lidiar con su nuevo competidor, y hacer que esa capacidad de multiplicidad del mensaje y la instantaneidad del mismo, se convierta en una fortaleza suya.


Desde ya se debe comenzar con una revisión del papel del comunicador profesional y como ha de ser vista su noticia, apoyado en el ir y venir de los datos captados en las redes, si bien es difícil pensar que esta profesión desaparezca o sucumba ante esta realidad, es también cierto que debe evolucionar, integrar la red social a sus fuentes y generar un periodismo más de análisis, más dedicado a una de las cinco preguntas básicas, dar más espacio al ¿Por qué?.


Si no se produce la evolución, el comunicador social habrá sido el principal responsable y habrá contribuido al derrumbe definitivo de los medios impresos, porque al final de cuentas, el usuario terminará adaptado a la red social, a su forma y sustituiría al medio tradicional por la Web 2.0 como su referente.

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