EL DÉBIL RÉGIMEN CASTROCOMUNISTA PERSIGUE NUEVAMENTE A PERIODISTAS
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
La grave situación en que se encuentra el régimen de Nicolás Maduro y la camarilla que le acompaña desde el PSUV, muestra signos de debilidad al reincidir y profundizar en las violaciones de Derechos Humanos sobre la información.
A inicios del año 2015, dos reporteros gráficos fueron detenidos. Uno por hacer fotografías de colas de personas frente a centros de comercios y el otro por cubrir enfrentamientos entre manifestantes y policías en el sector Santa Fe de la ciudad de Caracas.
En el estado Zulia, otro colega periodista denunció que fue amenazado de sembrarle drogas, por parte de funcionarios policiales, identificados como chavistas, si hacía fotos y entrevistas en una cola frente a un automercado.
La pregunta cabe, ante la terrible crisis de desabastecimiento que atraviesa Venezuela, cuando ocurrieron los hechos del 27 y 28 de febrero de 1989, fechas en que la ciudad de Caracas fue desbordada por motines y saqueos masivos, el reportero gráfico, Francisco Solorzano (Frasso), chavista, fotografió el “Caracazo” ¿Quién lo metió preso por eso? Nadie.
Frasso al contrario, terminó recibiendo reconocimientos del país, de la gran prensa, de todos sus colegas y reconocido internacionalmente con el Premio Príncipe de Asturias, por su labor de informar, como lo pudo hacer para entonces. Eso le permitió ser parte del régimen en lo sucesivo, no sólo en el equipo de prensa del coronel Luis Alfonso Dávila, cuando fue ministro del Interior empezando el chavismo, sino que ascendió a ser diputado por el MVR en la Asamblea Nacional (AN), incluso, su hijo llegó a ser alcalde de Anaco en Anzoátegui.
Hoy es repudiable que un régimen que a todas luces ha fracasado en materia de economía, centre sus objetivos en perseguir a comunicadores sociales, que registran la realidad del padecimiento de padres, madres e hijos, en largas, gigantescas y desesperantes colas para poder comprar insumos.
Es claro que la debilidad de este sistema, en decadencia total, se vuelve un peligro para el ejercicio del periodismo, que busca mostrar al país, lo que desesperadamente el régimen y sus camarillas, intentan en vano ocultar. El llamado es al Colegio Nacional de Periodistas, al Circulo de Reporteros Gráficos de Venezuela, y al propio Francisco Solórzano a que de manera unánime, se denuncie ante el mundo y se repudien pública y categóricamente estos hechos que se están generalizando y que una vez más tratan de poner ante la opinión pública a quienes en Venezuela, de algún modo intentan hacer una prensa libre.
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